Las vigas I de acero son componentes de uso estructural conocidos por su durabilidad. Su nombre proviene de su forma, que se asemeja a la letra 'I' mayúscula cuando se observa su sección transversal. Estas vigas se emplean en la construcción para asegurar la solidez de una estructura y su capacidad de resistir tensiones elevadas debidas a cargas significativas. Durante el proceso de diseño, las empresas de ingeniería calculan los límites de carga para estas vigas.

Utilizadas en la fabricación de estructuras metálicas, ofrecen una relación excepcional entre resistencia y peso, superando a menudo al hormigón o la madera de pino. Son ideales para soportar esfuerzos de tracción, tensión, flexión y compresión. Estas vigas también tienen la cualidad de soportar cargas entre dos puntos de apoyo sin ejercer una fuerza lateral entre ellos.

Las vigas IPE son perfiles de acero laminados en caliente de uso estructural, con una superficie interna paralela a la externa, ambas perpendiculares al alma. Las alas tienen un espesor constante y la sección tiene forma de doble T, lo que les otorga el nombre de "vigas I". Las uniones entre las caras del alma y las caras interiores de las alas son redondeadas. También existen perfiles comerciales tipo T, pero no tienen carácter estructural.

Por otro lado, las vigas IPN presentan una inclinación del 14 por ciento en la superficie interna en comparación con la externa, lo que hace que el grosor de las alas disminuya hacia los bordes. Las uniones entre las caras del alma y las caras interiores de las alas también son redondeadas.

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